El retractilado es el método de embalaje que garantiza seguridad y calidad en las mercancías comercializadas. Descubre de qué se trata este sistema de embalaje y sus mayores ventajas para tu negocio.
El retractilado es una metodología de embalaje que se emplea en la línea final de producción a través de una máquina rectiladora manual o automática. Ésta se ocupa de envolver la carga con un film termoplástico, sellando la mercancía y asegurándola perfectamente para que no sufra aperturas durante su traslado.
Este proceso de empaque y la calidad del plástico empleado, permiten a las empresas contar con un sistema que garantiza la seguridad de sus productos, protegiéndolos de la suciedad, de posibles aperturas y de malas manipulaciones.
En la actualidad, toda carga que será transportada hacia puntos de ventas o clientes de forma directa, necesita ser envasada adecuadamente para evitar que los productos al interior se dañen por golpes en el medio de transporte o que sufran alteraciones como consecuencia de las condiciones climáticas.
El retractilado es una de las mejores técnicas de embalaje para sellar las mercancías y asegurar que el cliente reciba en condiciones adecuadas los productos que ha comprado.
Además, permite un gran ahorro de costes a las empresas en materiales de embalaje y en producción ya que es posible automatizar el proceso de envasado, agilizando el trabajo en el ámbito logístico.
En concreto, el retractilado utiliza un film plástico para envolver las cajas y asegurar la carga. Este proceso simple se realiza a través de maquinarias específicas que enrollan el plástico sobre la mercancía, luego lo calientan para lograr que se contraiga y alcanzar un sellado perfecto. El proceso termina con el corte del film.
En definitiva, la máquina retractiladora se encarga de, en una primera instancia, estirar el film plástico, para luego calentarlo y sellar con él el empaque correspondiente.
Si bien existen diferentes tipos de máquinas rectiladoras, el proceso de sellado es el mismo, sólo varía su ejecución que puede realizarse de forma automática o manual: la carga se coloca en directo sobre la máquina o bien llega mediante una cinta transportadora, el operario influye en el proceso o la máquina cumple con todo el trabajo.
Luego que la carga está lista, la bobina de plástico comienza a desenrollar el film que se utilizará para envolverla. Los tensores lo estiran y es sellado mediante una soldadora que lo acondiciona a la forma de la caja o producto.
Por último, de manera manual o mediante un túnel, la carga recibe el calor adecuado a través de un horno que finaliza con la envoltura y logra resistencia y rigidez. De esta manera, se obtiene una mercancía agrupada, protegida y muy bien sujeta, evitando que se ensucie, se manipule o se desprenda.
Un ejemplo claro de retractilado es el film plástico que envuelve las bandejas de frutas o pescados que encontramos en los almacenes pero, no sólo la industria alimenticia utiliza este sistema de embalaje, decenas de sectores lo emplean para resguardar cargas y mercancías.
El protagonista del proceso de retractilado es el plástico que es moldeado a través del calor. Es la temperatura idónea utilizada en este sistema de embalaje la encargada de asegurar la carga y garantizar un buen envoltorio.
Para que esta técnica sea efectiva se emplea un film especial llamado termo retráctil o termoplástico que reacciona con el calor, es flexible y transparente, facilitando la visibilidad del contenido que envuelve.
Diferentes sectores e industrias utilizan el retractilado para envolver sus mercancías y productos. Para ello emplean diferentes máquinas de acuerdo a las necesidades de la carga, las demandas productivas y preferencias de la empresa.
Con la adquisición de una máquina para embalaje que utiliza el retractilado como técnica de empaque, las compañías pueden aumentar su caudal productivo, organizar mejor el sistema logístico y alcanzar objetivos en ventas.
Para elegir la maquinaria correcta es necesario un análisis de las necesidades de la empresa, el tamaño y la cantidad de productos a retractilar, el espacio disponible, el personal para llevar a cabo la tarea, los recursos económicos con los que se cuenta, etcétera.
Además, es importante conocer los tipos de máquinas retractiladoras que existen y sus características.
Esta máquina necesita de la acción de un operario de principio a fin ya que es el trabajador quien ubica la caja en el sitio donde la bobina de film rodeará la carga hasta envolverla y se ocupará también de contraer y sellar el plástico mediante una pistola de aire caliente.
Es la alternativa ideal cuando se cuenta con poco espacio en la empresa y el volumen de productos no es vasto.
Esta máquina es adecuada para producciones de diverso formato y tamaño, como así también para empresas cuya producción no es muy grande dado que se trata de un sistema que conjuga la acción manual del operario y la actividad de la máquina para finalizar el proceso de embalaje.
Es el operario quien envuelve la carga con el film pero es la maquinaria quien se ocupa de sellar y retractilarlo.
Es la maquinaria más utilizada por grandes industrias que cuentan con grandes producciones y necesitan optimizar el sistema de empaquetado.
Con una retractiladora automática el proceso de embalaje se optimiza, volviéndose más ágil y controlado dado que es la máquina quien se encarga de forma total de todo el proceso: film estirado, tensado, sellado y aplicado de calor.
Para conocer las diferencias entre una retractiladora y una fajadora es importante saber su significado. La fajadora es una máquina empleada para agrupar ciertos productos o etiquetarlos con la finalidad de aumentar la visibilidad de la información del contenido.
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