Enero del 2023 estará marcado por nuevas políticas para el mundo del embalaje: el impuesto al plástico tendrá vigencia el 1 de enero. Descubre cómo impacta esta normativa.
El 1 de enero de 2023 comenzará a regir el nuevo impuesto al plástico cuya finalidad es lograr la reducción de la fabricación y consumo del plástico que posee un sólo uso.
Ha sido impulsado por la Ley 7/22 de Residuos y Suelos Contaminados (LRSC) del 2030, cuyo objetivo fundamental es impulsar la economía circular, reduciendo el empleo de plásticos no reciclables.
Se busca que, en un plazo de 2 años, estos empaques se reduzcan a un 50%, y en un 70% en los próximos 7 años.
Fuente: https://maoconsulting.es/
En concreto, el impuesto gravará aquellos envases que no son reutilizables, independientemente de si se trata de empaques primarios o secundarios. Se iniciará en España, Italia y Reino Unido, estableciéndose de forma progresiva en el resto de los países.
Vivimos tiempos de conciencia ambiental, de nuevos cambios de comportamientos en los consumidores y de una mayor necesidad de seguir y comprar a marcas respetuosas con el medio ambiente.
Además, el mundo necesita que dediquemos estrategias y acciones que protejan los recursos naturales porque la contaminación y el daño son cada vez más potentes.
Las empresas deben abogar por el impuesto al plástico y fomentar la economía circular que no es más que compartir, reutilizar, renovar y reciclar todo durante el mayor tiempo posible para que el cuidado del entorno y sus recursos sea el eje del presente y del futuro.
Si las empresas no cumplen con la normativa del impuesto al plástico, no sólo deberán abonar determinado gravamen por su utilización, además sufrirán las consecuencias provenientes de los mismos consumidores.
En un mundo donde cada vez más personas apoyan y son impulsoras de un cambio positivo hacia la protección del medioambiente, las marcas no tienen otra alternativa más que seguir estos pasos.
Optar por materiales más respetuosos y reciclables, no sólo apoya esta norma, sino que habla de empresas responsables con la causa y que pueden vislumbrar las nuevas tendencias mundiales, aplicándolas a su favor.
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Respecto al tipo impositivo aplicable, podemos decir que es un impuesto de 0,45 euros por kg de plástico no reciclado que se halla en diversos productos con las siguientes consideraciones:
Fuente: kreston
Quienes deberán pagar el impuesto al plástico en caso de que corresponda serán los fabricantes de film en el territorio español, los convertidores y quienes introduzcan productos plásticos en territorio español.
Claramente esta nueva normativa impacta de lleno en los fabricantes y comerciantes de envases plásticos de España, quienes tendrán que analizar nuevas alternativas de reducción de plástico en sus embalajes.
‘’La principal obligación formal de los fabricantes en España será la de repercutir el impuesto a los adquirentes, debiéndose expresar de forma separada la repercusión de este en la factura que se expida y el peso, expresado en kilogramos, del plástico no reciclado utilizado’’.
El impuesto al plástico establece 5 excepciones, dejando exento de impuesto a estos medicamentos y artículos.
El nuevo impuesto al plástico afectará a los envases no reutilizables que en su fabricación incluyan plástico que no puede ser reciclado.
Los tipos de plásticos son todos aquellos que no cumplen esta función.
Los envases con plástico no reutilizable diseñados para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar productos deberán reemplazarse.
Además, se incluyen los productos de plástico semielaborados destinados a la obtención de los referidos envases y los productos que contengan plástico destinados a permitir su cierre, comercialización o presentación.
Para evitar los gravámenes del impuesto al plástico, no existe alternativa mejor que diagramar una nueva estrategia de embalaje que se adapte a las nuevas normativas y que priorice el cuidado medioambiental.
Por supuesto que previo a ello es sumamente importante evaluar cada caso en particular, cada rubro comercial y objetivos organizacionales para seleccionar la mejor opción en función del producto que debe envasarse, sus características y necesidades, entre otras variables.
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Por ejemplo, algunos sectores podrán sustituir el componente plástico por otras materias primas o utilizar material PCR (reciclado post-consumo), siempre que la aptitud y calidad del producto lo permitan.
También es posible reducir el peso del empaque eligiendo formatos flexibles a medida. Esto, además de minimizar el coste de los materiales, almacenamiento y transporte, se reflejará en una considerable disminución del pago del nuevo gravámen.
La necesidad de reemplazar al plástico, hace que muchas empresas elijan otro de los materiales más utilizados para embalar, almacenar y trasladar mercancías: el cartón.
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Hoy es la alternativa ecológica más viable a materiales no reutilizables ya que el cartón y el papel cuentan con grandes ventajas: son reciclables, 100% ecológicos y resistentes porque pueden soportar envíos sin problemas.
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Por otra parte, los plásticos biodegradables compuestos por materiales fósiles o vegetales, se están convirtiendo en una tendencia cada vez más fuerte. Son compostables pudiendo degradarse fácil y rápidamente en la tierra.
Finalmente, otra alternativa viable es la reducción de la cantidad de plástico virgen en aquellos productos que no tienen sustituto, como en el caso del film extensible.
En este caso podemos optar por films con un porcentaje de material reciclado o bien reducir las micras (grosor) del film lo cual también supondrá un ahorro importante.
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