¿Sabías que el embalaje juega un papel crucial en el transporte de mercancías peligrosas?
En este artículo, analizaremos las regulaciones y normativas que rigen el embalaje de estos productos, los tipos adecuados y las mejores prácticas para asegurar la integridad y seguridad durante el transporte.
¡Te invitamos a conocer todo sobre este tema!
Cuando hablamos de transporte de mercancías peligrosas nos referimos a los elementos cuyo traslado está prohibido o debe ser autorizado bajo condiciones declaradas en el Acuerdo Europeo ADR u otros organismos competentes.
El objetivo de estas reglamentaciones de transporte seguro, es evitar posibles accidentes que dañen el medio ambiente, ciudadanos, infraestructuras, animales y al mismo medio de transporte.
De acuerdo a las Naciones Unidas, podemos identificar 9 tipos de mercancías peligrosas.
Ellas son: sustancias tóxicas e infecciosas, explosivos, sustancias y objetos peligrosos, gases, materiales radiactivos, líquidos inflamables, sólidos inflamables, sustancias comburentes y peróxidos orgánicos y sustancias corrosivas.
El embalaje para el transporte de mercancías peligrosas juega un rol esencial en el cuidado del entorno, del producto en sí mismo y, por supuesto, de las personas que manipulan la carga.
Las empresas que deben realizar envíos de este tipo de mercancías, cuentan con protocolos de gestión de transporte cuyas etapas logísticas y de embalaje se realizan cuidadosamente.
Hoy se vuelve central para las industrias y empresas, diseñar un sistema de embalaje que contemple todas las normativas y protocolos necesarios que protejan de los peligros que pueden ocasionar los productos inseguros.
Etiquetar correctamente las mercancías peligrosas, contemplando su clase e informando claramente sus características, es primordial para evitar manipulaciones peligrosas o errores graves en el traslado.
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Es importante referenciar el tipo de embalaje que se utiliza, como las cajas 4G o 4GV. También el estado y peso de la materia contenida en el interior, además del año de clasificación del contenedor.
Debemos saber que estos datos aparecerán en la contraseña de homologación.
También se debe indicar el número ONU, que identifica el producto a partir de 4 dígitos. Recordemos que cada mercancía tiene un código identificador que lo vincula a una clase, etiqueta específica y número identificador de peligro.
Otro dato clave es que el empaque debe poseer una indicación de manipulación que indique la orientación del envase durante la movilidad en la carga y descarga.
Finalmente, las normativas establecen que es preciso contar con un código de comunicación internacional que indique el tipo de producto contenido en el empaque; un distintivo visual que siga este sistema de etiquetado.
El mal uso de embalajes para el transporte de mercancías peligrosas y la falta de inclusión de normas de seguridad, pueden causar daños devastadores. Entre ellos podemos mencionar:
Cada producto necesita un proceso y tipo de embalaje específicos.
En el caso del transporte de mercancías peligrosas, los protocolos se vuelven más minuciosos y la elección del embalaje más compleja.
Es central prestar especial atención a este tema ya que será la diferencia entre un buen resultado de seguridad y un problema grave que puede ocasionar contaminación o destrucción.
Los embalajes correctos para el transporte de mercancías peligrosas se encuentran homologados por las normativas del ADR, específicamente en capítulo 6.1.
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Para definirlos, se emplean una serie de cifras que conforman el código que aparecerá en el etiquetado obligatorio que identifica el producto peligroso.
Existen tres grupos de embalaje:
A cada uno de estos grupos se le asigna una letra, X, Y o Z, que indica el tipo de empaque permitido.
Las mercancías pertenecientes al Grupo I sólo deben embalarse en embalajes con la marca X. Las del Grupo II (peligro medio) pueden embalarse con empaques que tengan marca Y ó X.
En el caso del Grupo III, puede aplicarse cualquier homologación con la marca Z, Y o X.
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